Podemos definir al placer
como una sensación positiva que se manifiesta
cuando un individuo consciente satisface alguna necesidad.
Cuando te detenés a pensar en la famosa frase “todo lo que da placer engorda” en
relación a la alimentación se abre un mundo de reflexiones.
Comer proporciona tres tipos de satisfacciones “sanas” que obviamente dan placer y otras
satisfacciones que podemos calificar como "patológicas" que aún
así dan placeres incompletos, pero placeres al fin. En definitiva al comer podemos
decir que hay varios “tipos” de placeres.
De los tres primeros, los placeres que voy a
llamar “sanos” podemos establecer un orden que va de lo primitivo y básico a lo
mas evolucionado.
El
primer placer, es elemental y
básico; es la satisfacción del hambre. El cuerpo envía la señal, el cerebro decodifica
“HAMBRE”. Cuando tenemos esa sensación es una señal de alarma que requiere una
satisfacción. Ese requerimiento de satisfacción, es casi inmediato en los
bebés, que empiezan a llorar hasta que comen. A medida que crecemos, podemos regular mas y tolerar ciertos
márgenes de espera para satisfacer esa necesidad. Sin embargo no es raro, ver
como algunos adultos, se ponen de tremendo mal humor o se sienten mal si no
satisfacen rápidamente su necesidad.
A medida que pasa el tiempo y el malestar va en aumento,
casi cualquier cosa que ingerimos nos da placer y cuanto mas hambre, mas
placer!
Este es el primer placer que nos
brinda el alimentarnos.
El placer por las grasas tiene que ver con la
saciedad y el placer de los azúcares con la incorporación del combustible que
necesitamos para generar energía.
El
segundo placer, es un poco mas
evolucionado. Es el placer de comer algo RICO. Este placer, es el lujo que nos
damos los animales humanos. Por lo tanto, es de un nivel de evolución superior,
un meta nivel. Si bien está relacionado con lo biológico también, ya veremos porqué, el disfrutar de las características del alimento, formas, colores, texturas, sabores es definitivamente un escalón mas evolucionado que el placer de la saciedad.
Vale la pena intentar definir que es lo que
denominamos RICO. Los animales humanos estamos diseñados básicamente, para
buscar proteínas, hidratos de carbono y grasas. Hemos desarrollado en el marco
de lo cultural, formas de seleccionar y preparar los alimentos de los mas
variadas. Las formas de preparación y la selección de las materias primas,
dependen de las particularidades de la cultura donde estamos insertos y de la
geografía donde vivimos. Lo RICO es un valor relacionado no solo con el individuo si no con el medio en el cual vivimos y somos parte.
A nadie se le escapa que comerse una cucaracha
es comer proteínas y fibras, pero en el mundo occidental, no solemos masticar
una cucaracha y deleitarnos con el ruido de nuestra dentadura rompiendo el
caparazón y exclamando de placer cuando el juguito de su interior se desparrama
por la boca! Sin embargo hay muchos lugares en el mundo en que comerse una
araña, hormigas u otros insectos, algunos humanos lo perciben como algo RICO.
Para mi es claro, que el desarrollo del gusto
tiene varios componentes, el de la necesidad, el de lo cultural en términos
generales, las costumbres familiares en términos particulares y algunas
construcciones psicológicas personales, debido a que los alimentos no quedan
exentos de los valores simbólicos con las que solemos cargar a los objetos tanto
externos como internos.
Dentro de lo que denominamos RICO, también hay
varios sub grupos de placeres;
Disfrutamos de las combinaciones de sabores, las
combinaciones de colores y las combinaciones de texturas.
También disfrutamos de las presentaciones de los
alimentos.
Y por último disfrutamos del aroma de los
alimentos. No hay que olvidarse que el gusto y el olfato son dos sentidos que
están indisolublemente unidos. Mas adelante retomaremos este tema.
Lo RICO, no tiene que ver solo con las formas y
lo cultural, también es una manera en que nuestra biología selecciona los
alimentos para que sean variados y completos.
El
tercer placer, es el mas
sofisticado, desde mi perspectiva. Es el placer de disfrutar el efecto de los
alimentos en nuestra vida. Es el placer de comer sano. Es el placer de
sentirnos bien, con energía y saludable tanto en el transcurso de tiempo entre
una comida y otra por un lado, y por el otro la búsqueda de un bienestar a
largo plazo al sentir que nuestra biología está en su máxima potencialidad, de acuerdo a
nuestra edad y ocupación.
A nadie se le escapa el malestar luego de una
gran comilona a pesar de haber atravesado por los dos placeres anteriores.
Todos nos damos cuenta que el exceso de comida, o las elecciones equivocadas de
proporciones de nutrientes nos generan un gasto energético que nos generan
modorra y malestar postprandial, en muchos casos acompañado de dolor gástrico y
distensión abdominal. Tampoco se nos escapa que la falta de los nutrientes
esenciales nos generan debilidades físicas y fisiológicas e inclusive problemas
intelectuales y psicológicos.
El conseguir regular la selección de los
alimentos que ingerimos y sus cantidades, para que nos permitan alimentar a
nuestras células de forma adecuada, a pesar de los excesos de oferta de
productos, en pos de un estado de bienestar físico y psicológico, es
definitivamente un placer de índole superior a los dos anteriores. Es el placer
de utilizar el alimento como nuestra medicina, como una herramienta para vivir
mas y mejor. Es la forma de utilizar el alimento de forma inteligente. Y
definitivamente da un placer particular y poderoso.
Hay otros dos placeres, que son los placeres
patológicos que se satisfacen al comer y no quiero dejar de mencionarlos;
El primero es el cuando con la comida intentamos
saciar la ansiedad. Si bien es un mecanismo fallido, ya que el alimento no
funciona como un ansiolítico, no deja de proporcionarnos un pseudo placer
pasajero con todos los perjuicios que conlleva el exceso de alimentos.
El segundo tiene que ver con satisfacer
conductas autodestructivas. Lamentablemente y aunque parezca increíble, solo
con mirar a la gente comiendo podés descubrir estas conductas en todos
lados. Y no hablo exclusivamente del hipertenso que come con sal o el diabético
que consume harinas blancas y azúcares refinadas, o los obesos ingiriendo
cantidades descomunales de comida, que son casos evidentes, que saltan a la
vista, hablo de muchos de nosotros que consumimos indiscriminadamente todo tipo
de alimentos, sin ni siquiera preguntarnos que contienen o como están
procesados.
Hablo de la poca importancia que solemos dar al
armado de una dieta adecuada para nuestras necesidades particulares de nuestros
cuerpos, de nuestra fisiología de acuerdo a nuestra edad y el tipo de
actividades que realizamos.
Etimológicamente la palabra “dieta” proviene del
griego dayta, que significa “régimen
de vida”.
El reflexionar acerca de estas problemáticas, el
hacer conciente algunas conductas automáticas que tenemos, es el primer paso
para emprender un camino diferente que sin duda alguna te va a llevar a
sentirte y vivir mejor.
Dr.
Daniel Forster
Médico MN 65.405
Doctor.daniel.forster@gmail.com