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martes, 10 de septiembre de 2013

CAPITULO 2 - 2.6. Todo lo rico engorda?

Podemos definir al placer como una sensación positiva que se manifiesta cuando un individuo consciente satisface alguna necesidad.

Cuando te detenés a pensar en la famosa frase “todo lo que da placer engorda” en relación a la alimentación se abre un mundo de reflexiones.

Comer proporciona tres tipos de satisfacciones “sanas” que obviamente dan placer y otras satisfacciones que podemos calificar como  "patológicas" que aún así dan placeres incompletos, pero placeres al fin. En definitiva al comer podemos decir que hay varios “tipos” de placeres.

De los tres primeros, los placeres que voy a llamar “sanos” podemos establecer un orden que va de lo primitivo y básico a lo mas evolucionado.

El primer placer, es elemental y básico; es la satisfacción del hambre. El cuerpo envía la señal, el cerebro decodifica “HAMBRE”. Cuando tenemos esa sensación es una señal de alarma que requiere una satisfacción. Ese requerimiento de satisfacción, es casi inmediato en los bebés, que empiezan a llorar hasta que comen.  A medida que crecemos, podemos regular mas y tolerar ciertos márgenes de espera para satisfacer esa necesidad. Sin embargo no es raro, ver como algunos adultos, se ponen de tremendo mal humor o se sienten mal si no satisfacen rápidamente su necesidad.

A medida que pasa el tiempo y el malestar va en aumento, casi cualquier cosa que ingerimos nos da placer y cuanto mas hambre, mas placer!

Este es el primer placer que nos brinda el alimentarnos.

El placer por las grasas tiene que ver con la saciedad y el placer de los azúcares con la incorporación del combustible que necesitamos para generar energía.

El segundo placer, es un poco mas evolucionado. Es el placer de comer algo RICO. Este placer, es el lujo que nos damos los animales humanos. Por lo tanto, es de un nivel de evolución superior, un meta nivel. Si bien está relacionado con lo biológico también, ya veremos porqué, el disfrutar de las características del alimento, formas, colores, texturas, sabores es definitivamente un escalón mas evolucionado que el placer de la saciedad.

Vale la pena intentar definir que es lo que denominamos RICO. Los animales humanos estamos diseñados básicamente, para buscar proteínas, hidratos de carbono y grasas. Hemos desarrollado en el marco de lo cultural, formas de seleccionar y preparar los alimentos de los mas variadas. Las formas de preparación y la selección de las materias primas, dependen de las particularidades de la cultura donde estamos insertos y de la geografía donde vivimos. Lo RICO es un valor relacionado no solo con el individuo si no con el medio en el cual vivimos y somos parte.

A nadie se le escapa que comerse una cucaracha es comer proteínas y fibras, pero en el mundo occidental, no solemos masticar una cucaracha y deleitarnos con el ruido de nuestra dentadura rompiendo el caparazón y exclamando de placer cuando el juguito de su interior se desparrama por la boca! Sin embargo hay muchos lugares en el mundo en que comerse una araña, hormigas u otros insectos, algunos humanos lo perciben como algo RICO.

Para mi es claro, que el desarrollo del gusto tiene varios componentes, el de la necesidad, el de lo cultural en términos generales, las costumbres familiares en términos particulares y algunas construcciones psicológicas personales, debido a que los alimentos no quedan exentos de los valores simbólicos con las que solemos cargar a los objetos tanto externos como internos.

Dentro de lo que denominamos RICO, también hay varios sub grupos de placeres;

Disfrutamos de las combinaciones de sabores, las combinaciones de colores y las combinaciones de texturas.

También disfrutamos de las presentaciones de los alimentos.

Y por último disfrutamos del aroma de los alimentos. No hay que olvidarse que el gusto y el olfato son dos sentidos que están indisolublemente unidos. Mas adelante retomaremos este tema.

Lo RICO, no tiene que ver solo con las formas y lo cultural, también es una manera en que nuestra biología selecciona los alimentos para que sean variados y completos.

El tercer placer, es el mas sofisticado, desde mi perspectiva. Es el placer de disfrutar el efecto de los alimentos en nuestra vida. Es el placer de comer sano. Es el placer de sentirnos bien, con energía y saludable tanto en el transcurso de tiempo entre una comida y otra por un lado, y por el otro la búsqueda de un bienestar a largo plazo al sentir que nuestra biología está en su máxima potencialidad, de acuerdo a nuestra edad y ocupación.

A nadie se le escapa el malestar luego de una gran comilona a pesar de haber atravesado por los dos placeres anteriores. Todos nos damos cuenta que el exceso de comida, o las elecciones equivocadas de proporciones de nutrientes nos generan un gasto energético que nos generan modorra y malestar postprandial, en muchos casos acompañado de dolor gástrico y distensión abdominal. Tampoco se nos escapa que la falta de los nutrientes esenciales nos generan debilidades físicas y fisiológicas e inclusive problemas intelectuales y psicológicos.

El conseguir regular la selección de los alimentos que ingerimos y sus cantidades, para que nos permitan alimentar a nuestras células de forma adecuada, a pesar de los excesos de oferta de productos, en pos de un estado de bienestar físico y psicológico, es definitivamente un placer de índole superior a los dos anteriores. Es el placer de utilizar el alimento como nuestra medicina, como una herramienta para vivir mas y mejor. Es la forma de utilizar el alimento de forma inteligente. Y definitivamente da un placer particular y poderoso.

Hay otros dos placeres, que son los placeres patológicos que se satisfacen al comer y no quiero dejar de mencionarlos;

El primero es el cuando con la comida intentamos saciar la ansiedad. Si bien es un mecanismo fallido, ya que el alimento no funciona como un ansiolítico, no deja de proporcionarnos un pseudo placer pasajero con todos los perjuicios que conlleva el exceso de alimentos.

El segundo tiene que ver con satisfacer conductas autodestructivas. Lamentablemente y aunque parezca increíble, solo con mirar a la gente comiendo podés descubrir estas conductas en todos lados. Y no hablo exclusivamente del hipertenso que come con sal o el diabético que consume harinas blancas y azúcares refinadas, o los obesos ingiriendo cantidades descomunales de comida, que son casos evidentes, que saltan a la vista, hablo de muchos de nosotros que consumimos indiscriminadamente todo tipo de alimentos, sin ni siquiera preguntarnos que contienen o como están procesados.

Hablo de la poca importancia que solemos dar al armado de una dieta adecuada para nuestras necesidades particulares de nuestros cuerpos, de nuestra fisiología de acuerdo a nuestra edad y el tipo de actividades que realizamos.

Etimológicamente la palabra “dieta” proviene del griego dayta, que significa “régimen de vida”.

El reflexionar acerca de estas problemáticas, el hacer conciente algunas conductas automáticas que tenemos, es el primer paso para emprender un camino diferente que sin duda alguna te va a llevar a sentirte y vivir mejor.


Dr. Daniel Forster
Médico MN 65.405

Doctor.daniel.forster@gmail.com