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lunes, 10 de junio de 2013

INTRODUCCION Cuarta y última parte


Un maestro dice “Cuando alguien sana, todos sanan”

Mas que contar el proceso de mi enfermedad, el camino que transité y mi curación, quiero transmitir y compartir lo que aprendí. Ese aprendizaje es el que considero relevante, tanto para personas que hoy estén enfermas como para personas sanas que tiene interés en vivir mejor y mas.

Para las personas que padecen enfermedades ya sean agudas o crónicas lo que suele suceder, es que van al médico y hacen lo que el les dice. De hecho yo hice lo mismo y lo volvería a hacer.

Veo a mucha gente que espera pasivamente ser operada o la aplicación de rayos o la próxima sesión de quimioterapia. Veo mucha gente tomando infinidad de pastillas sn modificar su conducta alimentaría o sus hábitos cotidianos.

Y para peor, los veo comiendo alimentos que sé, que seguro les perjudican para su próxima intervención. Veo diabéticos repitiendo postres y comiendo pan blanco y luego inyectarse insulina. Veo enfermos angustiados que les gustaría hacer algo para estar mejor, pero no tienen ni idea que hacer.

Considero curativo, solo el hecho de hacer cosas para estar mejor, independientemente del acto realizado. La pasividad deprime. La pasividad enferma. Las ganas de curarse curan.

Lamentablemente, muchos colegas, ni siquiera están lo suficientemente abiertos o no tienen la sensibilidad o no les interesa ver al otro, a esa persona que está sentada en frente con un problema y sufriendo.

La mayoría de los médicos no profundizaron en su formación, en el tema de la alimentación y la medicina natural. Ni siquiera en la importancia de poner al que padece a hacer cosas que lo hagan sentir vivos y trabajando, ellos mimos, para su propia curación. En la Universidad no se enseña. Hablo de estimular la voluntad del paciente en el proceso de su propia curación. Los médicos suelen inducir al paciente a pensar que solo tiene que confiar en ellos, cosa que desde ya es curativa también pero para nada suficiente.

Las personas sanas, que les interesa vivir mas y mejor, la mayoría de las veces no tienen la información adecuada o los conocimientos necesarios para cuidarse a si mismos y a sus familias.

Aprendimos a consultar de tanto en tanto para hacernos los controles de rutina, lo que no es poco. Ya que hoy muchas enfermedades se detectan en forma temprana gracias a los maravillosos avances de la tecnología médicas y la tecnología diagnóstica.

La prevención, es un concepto que ya hace muchos años esta en boga en todos los planes sanitarios del planeta, sin embargo, está mas focalizada en el control y en la consulta temprana que en todas las infinitas acciones que NATURALMENTE una persona puede hacer para no enfermarse y tener una vida mas saludable.

Hay hábitos que definitivamente son preventivos y curativos.

Aprendimos por los medios de comunicación, las publicidades y el marketing de las grandes cadenas de producción de alimentos, que saludable es;

- Alimentos que tiene bajas calorías
- Alimentos que tiene poca sal
- Alimentos que no tienen grasas/aceites
- Alimentos suplementados (con vitaminas, calcio,  omegas, probióticos, aminoácidos, etc.)
- Alimentos con grandes cantidades de Proteinas

Lo que consideramos saludable, no solo no lo es, en la mayoría de los casos, sino que además denota la manipulación psicológica y cultural en las que estamos inmersos. Los valores que manejamos y la información que tenemos, responde mas a intereses económicos que a la realidad de nuestras necesidades como seres vivientes.

No tenemos idea, nadie nos enseñó como comer. (Considero que debería ser una materia obligatoria tanto en la primaria como en la secundaria).

La vaca mas tonta, sabe distinguir entre algo venenoso de algo que no lo es. Nosotros perdimos ese instinto casi por completo.

La vaca mas inteligente, no puede, como el mas inteligente de los humanos distinguir los restos de los químicos que hay en su alimentación, ni fertilizantes, ni los pesticidas ni los alimentos transgénicos manipulados por el hombre.

Los hombres no sabemos que comemos y tampoco sabemos como comer, en la enorme mayoría de los casos.

No tenemos idea que alimentos son esenciales y cuales no, como es una dieta balanceada. Que alimentos estimulan nuestro sistema inmunológico para no enfermarnos. No tenemos claro de donde viene nuestro alimento, como llegó al lugar donde lo estamos comprando, como fue procesado. No sabemos ni leemos que conservantes tienen, ni el efecto de las bebidas carbonatadas en nuestro organismo, ni cuanta energía necesitamos para vivir.

Sabemos muy poco acerca de nosotros mismos, de nuestra fisiología y del funcionamiento de nuestro propio cuerpo.

Debiéramos saber al menos, algo tan simple como que alimentos son saludables y cuales no y como combinarlos. Con eso alcanzaría para una persona sana. Pero ni eso sabemos.

Somos bastante insensibles o mejor dicho inconcientes sobre el efecto de lo que ingerimos en nuestro cuerpo nuestra biología. Ni tenemos tiempo para sentir como nos “cae” la comida. Solo en situaciones extremas y que suele suceder mas seguido de lo que te das cuenta; Cuántas veces sentís que estas por reventar? Cuántas veces sentís que algo te cayó mal? Cuantas veces te dolió la cabeza después de comer? Cuantas veces tuviste diarreas o constipaciones? Cuantas veces se hinchó tu panza después de comer?

La velocidad de los sucesos, de la información, de los intereses creados, de la vida en sociedad y en conglomerados urbanísticos alejados de la naturaleza misma, nos aleja de nuestras necesidades básicas e instintos de supervivencia.

Mirá este video brutal sobre la ruta del alimento http://vimeo.com/57126054

Hay mucho que aprender, hay mucho para informarse. En este espacio voy a compartir lo que aprendí con vos, estés sano o estés enfermo. En este espacio quiero transmitirte la información que hoy voy acumulando filtrada por mi ser médico, por mi sentido común y por mi propia experiencia.

Yo quiero sanarme y quiero que vos también te sanes


Dr. Daniel Forster
Médico MN 65.405
Doctor.daniel.forster@gmail.com

Quiero compartir algunos aspectos de lo que aprendí. Pienso que muchas personas pueden usufructuar de mi aprendizaje y de mis conocimientos. Nada me haría mas feliz que poder ayudar a quienes quieran vivir mejor.
Si pensás que mi experiencia puede servirle a alguien que conocés, reenvíale este mail

Si querés recibir los próximos mails podés escribirme a doctor.daniel.forster@gmail.com o seguirlos en el Blog http://vivir-naturalmente.blogspot.com.ar/

domingo, 9 de junio de 2013

INTRODUCCION Tercera Parte

Cómo ser el mejor paciente?

Decidí quién iba a ser mi médico. La decisión no fue fácil,  investigué mucho sobre cuales eran los diferentes tratamientos posibles. Busqué información sobre que se hacían en Buenos Aires y cuales eran las tendencias en otros países como en Estados Unidos, en Israel y en Francia. Tuve entrevistas con mas de un médico, todos de primer nivel.

Le dije que me iba a atender con él y le pregunté;

“Cómo puedo ser tu mejor paciente?”

Faltaban 45 días para operarme y me contestó; “Y.. estás un poco excedido de peso. La verdad es que me ayudaría mucho que bajes unos 5 kilos o mas.. todo lo que puedas. Para mi  es mucho mas fácil operar a alguien con menos grasa, eso, realmente me ayudaría”.

Me fui pensando en mi falta de voluntad, en todos los regímenes que no empecé, en cuanto me había dejado estar, en mis conductas autodestructivas, en los excesos, en mi respuesta natural e histórica frente a la ansiedad que sistemáticamente fue el de comer mas y desde luego en esas ansiedades orales no resultas que arrastro desde ya hace demasiados años.

Hace un tiempo, no tanto, bajar de peso era solo cuestión de cerrar la boca y en un super esfuerzo de un par de semanas adelgazar la mayoría de esos kilos molestos y luego relajarme y empezar nuevamente una cuerva ascendente hasta llegar a mi límite superior tolerable. Límite que se me fue corriendo lenta e imperceptiblemente hacia arriba.

Que dilema!

Cómo adelgazar tanto en 45 días sin perder energía ni debilitarme?.

Cómo dejar de comer en exceso frente a la angustia de la operación?.

Cómo equilibrarme?

Siempre consideré, sobre todo en los últimos años que mi alimentación era razonablemente saludable. Milanesas de soja, pollo, pescado, verduras y desde ya todo el resto Light, coca cola Light, leche y quesos descremados, poco pan, poco alcohol, poca sal para controlar la hipertensión medicada. (una de mis pastillas, diarias)

Carnes rojas no como hace muchísimos años, desde un viaje  a la India, donde entro otras cosas que me pasaron dejé de comer mamíferos. La verdad es que como mi colesterol estaba alto (segunda pastilla diaria), aproveché los 45 días de viaje para probar vivir sin carne. Yo era absolutamente carnívoro. Casi sin darme cuenta, como al volver no iba a medirme el colesterol, seguí un par de meses mas esperando hacerme la medición y nunca mas pude volver a comer carne. Fue posterior mi explicación que no comería un animal que no sea capaz de matarlo yo mismo.

Para mi, mi alimentación estaba bien, aunque engordaba sin prisa y sin pausa.

Debo reconocer también, que mis permisos me daba, el cafecito con medialunas a media mañana… alguna golosina o chocolate durante el día y a veces antes de dormir. La panera en los restaurantes me superaba. Y en los cumpleaños siempre descontrolaba.

Puse en Google “alimentación para prevenir el cáncer” y se abrió para mi un mundo desconocido y enorme.

Empecé a leer tantas cosas muchas muy lógicas y científicamente comprobadas y otras realmente impensables desde mi mirada médica y mi lógica cartesiana. Otras realmente impensables desde mis paradigmas.

Como tantas veces en mi vida, mi pasión y mi curiosidad  entraron en un espacio que jamás hubiera sospechado apenas unos meses atrás. Conocimientos nuevos que cambiaron mi vida literalmente hablando y lo siguen haciendo.

Bajé 8 kilos y después de la operación baje otros 5 más. Nunca jamás me sentí tan bien físicamente ni tan estable emocionalmente a pesar que en forma paralela atravesé muchos de los peores momentos de mi vida y de mayor enfermedad. Momentos con sufrimientos físicos importantes y dolores psicológicos fuertes.

No recomiendo a nadie hacer lo que yo hice ( que ya les contaré). Tampoco recomiendo a nadie pasar por lo que pasé. Por eso si recomiendo a todos que hay un mundo muy importante para explorar y muy significativo en torno a una vida mejor en función de cómo nos alimentamos.

Hace muchos años un tío abuelo muy sabio me dijo viendo como fumaba un cigarrillo tras otro; “cuándo vas a dejar de fumar? Antes o después del infarto? Ya que dejar de fumar vas a dejar de fumar seguro”.

Dejé de fumar antes del infarto, pero empecé a alimentarme bien después del cáncer.


Dr. Daniel Forster
Médico MN 65.405
Doctor.daniel.forster@gmail.com

Quiero compartir algunos aspectos de lo que aprendí. Pienso que muchas personas pueden usufructuar de mi aprendizaje y de mis conocimientos. Nada me haría mas feliz que poder ayudar a quienes quieran vivir mejor.

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miércoles, 5 de junio de 2013

INTRODUCCION Segunda Parte


Las enfermedades son una oportunidad

Ya tenía el diagnóstico: CANCER.

Te guste o no te guste cuando el médico te dice el diagnóstico, luego de la biopsia, en un tono frío y distante, propio de aquellos que tienen años proporcionando este tipo de informaciones a pacientes o a impacientes como yo, empieza un momento nuevo en tu vida. Una nueva etapa.

A pesar que somos los únicos animales de la tierra con conciencia de nuestra propia finitud, hacemos lo imposible, por lo menos en la cultura occidental, para olvidarnos que morimos. Que la muerte es parte inherente de la vida misma, un aspecto esencial de su propia definición. Cuantos esfuerzos hacemos para negar esa evidente realidad! Cuanta energía dedicamos a borrar de nuestra mente y nuestra cotidianidad, la fragilidad de nuestra existencia.

Pero, como me dijo un gran amigo, cuando te ponen el cartel de neón, prendiendo y apagando con la leyenda “Esto puede acabarse” y en algunos casos simplemente “FIN”, se nos hace dolorosamente conciente que estamos a plazo fijo transitando esta forma de organización de la materia a la que denominamos “Yo”. Y duele, duele demasiado. No es fácil aceptar que la omnipotencia de la propia inmortalidad es una especie de castillo de naipes que construimos para esconder el terror de la evidente realidad de nuestra constitución biológica.

Nos asustamos cuando alrededor nuestro, algún ser querido o algún conocido, le llega una mala noticia, esta enfermo o tuvo un accidente. Nos impresiona, nos conmueve, reflexionamos sobre la vida y la muerte. Prometemos modificar ciertos hábitos nocivos de nuestra propia vida, pero casi nunca lo cumplimos. Todo nuestro ser encuentra la forma de ir olvidando con los días el hecho y continuar viviendo, aliviados que le tocó a otro y no a uno.

Cuando te toca a vos, tenés varias posibilidades; redoblar el esfuerzo por negar lo que está sucediendo, entregarte de una forma pasiva al devenir del universo preguntándote “porque a mi?”, o preguntarte que es lo que vos podés hacer para dar batalla a lo que está pasando. Yo opté por esta última opción.

Para empezar, te das cuenta que no tenés una gripe que el problema es si tomas o no antibióticos, algún ibuprofeno para combatir el síntoma y soportar una semana para curarte. Tenés que decidir muchas cosas, inclusive, sin ser especialista, tenés que tener la sensibilidad de elegir el mejor médico e inclusive decidís cosas como el tratamiento que te van a dar!. En mi caso, yo podía decidir, rayos, semillas radioactivas, diferentes tipos de operaciones, a cielo abierto o por robot. Fueron decisiones que siendo médico me costaron tomar y tuve que pensar e investigar mucho antes de decidirme. No viene al caso, contar sobre que decidí y como fui llegando a esas conclusiones. Lo que si es importante mencionar, es la importancia de poder pensar y tomar decisiones sobre tu vida, basándote en tus conocimientos, tu instinto y tu sensibilidad.

Se organizó, casi sin darme cuenta, la experiencia en diferentes tipos de problemáticas, la médica específicamente, la psicológica, la contención afectiva de los seres queridos y la espiritual.

Yo estaba seguro de algo, que el solo hecho de querer curarme iba a ser sanador. Estaba seguro que el deseo de la gente que me quiere, sobre mi recuperación me iba a ayudar.

Una de las cosas que hice fue ir, invitado por un amigo, a grupos de invocación budistas, el budismo japonés de Nichiren Daishonin. En los grupos se invoca. La invocación consiste la repetición de un mantra “Nam Myoho Renge Kio” durante mucho tiempo. La diferencia entre la meditación y la invocación es que en la invocación hay deseo y direccionalidad del pensamiento con un fin específico, por ejemplo, “estoy curado”. Repetir el mantra me tranquilizó en los momentos donde la angustia me sobrepasaba durante varios meses.

Cuatro situaciones impactaron mucho en mi además de la invocación “per se”;

- La primera fue mientras invocaba la primera vez, la persona  que coordinaba la actividad, apoyó la mano sobre mi hombro y me dijo “No se invoca como un gatito mojado, se invoca como un león que ruge”. Esas palabras me marcaron, dejé de lado el gatito mojado y convoqué a mi león interior a encara la vida como tal, pasara lo que pasara.

- La segunda situación fue en la reflexión que se practica luego de la invocación, sobre lo que está viviendo cada uno. Primero me agradecieron por estar allí y darles la oportunidad a ellos de pensar en la enfermedad. Me impactó la valentía de enfrentar el problema desde otra perspectiva.

- La tercer situación que me movilizó fue de uno de los participantes que en su vida profesional trabaja con enfermos con cáncer desde la perspectiva psicológica me comentó que a sus pacientes el le preguntaba si luego de curarse iban a seguir siendo los mismos, ya que en ese caso no valía la pena la curación.

- Por último leímos un artículo sobre como “convertir el veneno en remedio” el concepto que el budismo enseña es que cualquier suceso desfavorable puede ser convertido en una situación de valor positivo; en adición, el budismo dice que el ser humano se desarrolla al desafiarse para vencer las circunstancias más dolorosas. Lo importante es cómo reaccionamos ante las vicisitudes de la vida;

Estos cuatro conceptos, sin ser yo budista, y mis ganas de vivir, me indicaron el camino  que debía emprender hacia el futuro, independientemente del resultado de los acontecimientos.

Estos cuatro conceptos me llevaron a la curación y la reconversión de mi persona. La enfermedad la transformé en una oportunidad para vivir mejor, lo que me quede por vivir y espero que les sirva a todos aquellos que estén atravesando o tengan que atravesar, cualquier situación difícil de la vida, tanto física, como espiritual o social.


Quiero compartir algunos aspectos de lo que aprendí. Pienso que muchas personas pueden usufructuar de mi aprendizaje y de mis conocimientos. Nada me haría mas feliz que poder ayudar a quienes quieran vivir mejor.

Dr. Daniel Forster
Médico MN 65.405
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lunes, 3 de junio de 2013

INTRODUCCION Primera Parte


Dedicado a las personas que les interesa vivir mejor


Además de mi concepción y mi nacimiento, muchos hitos fuertes marcaron mi vida. Hablo de esas circunstancias que te cambian para siempre. Esas situaciones en las cuales hay una muerte y un renacer. Un cambio de paradigmas. El nacimiento de una nueva persona, un nuevo yo. Un antes y un después.

Solo por mencionar algunos de esos momentos (sabiendo que olvido algunos y callo otros); la matanza de mis compañeros y amigos del Nacional Buenos Aires en mano de la represión Militar, el exilio en México a los 17 años, recibirme de médico con Diploma de Honor, la lectura de Gregory Bateson biólogo y epistemólogo que cambió mi forma de ver el mundo, haber aprendido de Milton Erikson, el momento en que vi morir a un chico de 4 años en mis brazos de una enfermedad terminal durante la residencia de pediatría que hice en el Hospital de niños Ricardo Gutierrez, el haber estudiado profundamente a Sigmund Freud, mi primera muestra de fotografía, el primer negocio exitoso, el primer fracaso comercial fuerte, la impronta en mi ser de las personas  que vivieron conmigo, la influencia de cada uno de eso 15 o 20 amigos con quienes realmente compartí períodos importantes de mi vida, el nacimiento de cada uno de mis tres hijos, la fuerza del amor de mi mujer, mi mujer, el dejar de fumar, el viaje a la India.
Cuando el médico me dijo que tenía un cáncer de próstata, pensé que se refería a otra persona. Si bien tengo antecedentes familiares y periódicamente me controlaba, la noticia me conmocionó.

Lloré casi un día entero, como no recuerdo haber llorado nunca. Me desmoroné.

Solo 24 hs mas tarde, me di cuenta que debía pensar lucidamente y decidir sobre mi salud, mi futuro, mi vida. Se me hizo evidente que deprimirme solo empeoraría las cosas. Deprimido iba a tomar las decisiones incorrectas y en vez de llevarme al camino de la curación me iba a llevar por el camino de la enfermedad.

Decidí no quejarme. Decidí aceptar las cartas con las que estaba jugando. No eran las peores, solo eran las cartas que tenía. Recorrí mentalmente las cartas que le tocaron a muchas personas a quienes quise y quiero; a mis amigos de la adolescencia que vivieron menos de 20 años, a mis amigos muertos, por accidentes y enfermedades terminales, a alguno de mis amigos que se les murió un hijo, algunos hijos que perdieron sus padres muy jóvenes, los amigos y familiares que murieron de accidentes cerebro vasculares a edades que no les correspondía, amigos que se suicidaron, amigos infelices.

Decidí investigar toda la información que me llegara a través de la gente que me quería ayudar. Estaba seguro y hoy lo confirmo, que el amor por querer ayudarme me iba a curar o por lo menos me iba a ayudar a vivir mejor. De hecho, en menos de 72 horas, ya contaba con los mejores 10 urólogos, varios médicos naturistas, diferentes invitaciones a experimentar ayudas religiosas, varias invitaciones a meditar, tres médicos que se dedican a la homeopatía, médicos para inter consultas en Estados Unidos, Francia, Israel, dos médico chinos, un médico antroposófico, propuestas de limpiezas hepáticas y de colon,  diferentes propuestas terapéuticas, operaciones, radioterapias, masajistas, kinesiólogos del periné, dietas y suplementos dietarios, una monjita sanadora en salta, entre otros.

Decidí que me quería curar. Estaba dispuesto a poner todo mi ser al servicio de mi salud. Me propuse hacer activamente todo aquello que estuviera a mi alcance para atravesar la enfermedad y sanarme.

Decidí que tenía que vivir lo mejor posible independientemente de lo que iba a suceder. Si mi vida esta acotada, cada momento era un momento único que debía vivir intensamente y con la mayor felicidad posible.

Decidí que la enfermedad me tenía que enseñar mas de lo que pudiera quitarme. Independientemente del resultado yo me propuse ser mas feliz, mejor persona y mas sabio. Me propuse transformar mi enfermedad en una oportunidad.

Quiero compartir algunos aspectos de lo que aprendí. Pienso que muchas personas pueden usufructuar de mi aprendizaje y de mis conocimientos. Nada me haría mas feliz que poder ayudar a quienes quieran vivir mejor.

Dr. Daniel Forster
Médico MN 65.405
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